Es el edificio más antiguo que se conserva en el municipio de l’Escala. El Alfolí de la Sal, en el barrio viejo de l’Escala, fue construido en 1697 aprovechando el monopolio de la sal que había establecido el rey Felipe II en 1564. Era también la aduana marítima y la sede de asociaciones de pescadores y de antiguos impuestos a ciertos artículos. Impulsó el crecimiento económico y demográfico del siglo XVIII gracias a las mercancías que llegaban con el cabotaje (sal y cereales) y las que se exportaban (pescado salado y vino). La sal y otras mercancías llegaban por mar, y desde el Alfolí se distribuían a los pueblos del interior; también se usaba para salar el pescado.

En el año 1869 el estado abolió el monopolio de la sal. Al perder la función pública, el Alfolí se puso a subasta. Perteneció, entre otros, a la familia de Manuel Girona, un hacendado barcelonés que lo arrendaba. A principios del siglo XX, todavía alojaba industrias y establecimientos de l’Escala vinculadas a la pesca y la salazón. La tienda del Pòsit de Pescadors estaba situada en la primera planta, mientras que en la planta baja había industrias de salazón, a pesar de que también se hacían toneles para el vino y barriles para las anchoas. También tenía allí su sede la sociedad de socorros mutuos La Pescadora.

El Alfolí de la Sal es una excelente muestra de la arquitectura gótica civil tardía. El edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de l’Escala en 2006 y en 2017 se finalizó la restauración. Actualmente funciona como centro cultural y museo.