El antiguo depósito o almacén de FECSA, en Vilanova i la Geltrú, es un elemento muy singular y a la vez muy poco conocido del patrimonio industrial. El edificio es anterior a la remodelación de 1923, a cargo del ingeniero Daniel Boixeda, que le dio el aspecto modernista actual.
Se trata de un edificio de planta rectangular y cubierta a dos vertientes, con un altillo perpendicular en un extremo. Parte del edificio se encuentra bajo la rasante de la calle. La fachada es muy característica y muestra formas geométricas construidas con ladrillo, cerámica y baldosa vidriada. También es muy destacable el detalle ornamental metálico diseñado para sostener el cableado eléctrico.