El canal industrial de Ter fue construido entre 1841 y 1848, y en su curso se levantaron siete fábricas textiles y un molino harinero a lo largo de una fachada fluvial de 1.900 metros en el río Ter. La obra de ingeniería hidráulica y las calles y edificios que desembocan allí convierten Manlleu en un núcleo industrial muy peculiar.
El canal superior, de 900 metros, llega hasta donde había las Tres Fábricas. En este primer tramo se construyó un aliviadero, popularmente conocido como el submarino, para controlar el nivel del agua. El canal inferior, de 1.000 metros, acaba en Can Sanglas.
El desnivel total de la obra es de 8,27 metros, la anchura mediana es de 6,5 metros, tiene 2 metros de profundidad y un caudal máximo de agua de 8.000 litros por segundo. La esclusa de la teja, de la cual se tiene noticia desde finales del siglo XVII, ha sido renovada en varias ocasiones a lo largo del tiempo.
El canal no es únicamente un brazo de agua, sino que su complejidad esconde un conjunto de complejos sistemas y artilugios hidráulicos para aprovechar correctamente el agua en los diferentes saltos, que incluye entre otros elementos, compuertas, esclusas, atajaderos, repartidores, aliviaderos, compuertas de descarga o desagües.
Hoy en día, el canal ha pasado a pertenecer a la administración pública y vive un proceso de rehabilitación sobre todo en el área de les Hortes, la dels Rentant y el área de Can Sanglas.