El Salí (salino) de Cambrils es una antigua explotación con fecha de 1780 que, aprovechando los brotes de agua salada de la Ribera Salada, obtenía sal por evaporación de este líquido. El agua salada se almacenaba en grandes balsas y desde allí se transportaba a las eras o bancales de evaporación con un sistema de canales de madera y regueros. Las eras o bancales de evaporación se construían con baldosas de arcilla para que el agua no se filtrara, y se llenaban con unos tres centímetros de agua salada. Se necesitaban tres días de buen tiempo para que se evaporara el agua y, después, se hacían montones con la sal y se colocaba en unos tendederos. Para terminar el proceso, la sal se transportaba con un sistema de raíles y vagonetas hasta el almacén, donde se molía y se guardaba para llevarla a vender. Se conserva el conjunto de la explotación, con la singularidad de que se pueden observar, también, cinco molinos: dos de sal, uno de harina, uno de pienso y uno pelador.

El año 1963 fue el último en que se sacó sal de la explotación del Salí de Cambrils. Actualmente, se ha restaurado parte de este complejo y se realizan visitas guiadas y actividades terapéuticas alrededor del agua salada.