Cerca de la estación de Vilanova i la Geltrú, en 1881, se edificaron y construyeron diferentes equipamientos destinados al mantenimiento y funcionamiento de la tracción de vapor de la nueva línea ferroviaria. Entre estas instalaciones, destaca el impresionante edificio del depósito de máquinas o rotonda, con capacidad para doce vías cubiertas y que servía para el estacionamiento de las locomotoras y los trabajos más habituales de mantenimiento. Enfrente de las vías de salida de este depósito hay uno de los poquísimos puentes giratorios de Cataluña, en activo y de notables dimensiones.
Las instalaciones forman parte del Museu del Ferrocarril de Catalunya, un espacio único que conserva una importante colección de máquinas de tren, así como todo un conjunto de elementos vinculados a la historia del ferrocarril.