La bodega cooperativa de Gandesa es un edificio modernista obra del arquitecto Cèsar Martinell. El edificio se terminó de construir en 1920, y fue rehabilitado entre 2011 y 2014.

El cuerpo principal del edificio consta de tres naves paralelas de altura diversa, con una cubierta de bóvedas tabicadas cargadas directamente sobre arcos de diafragma parabólicos. La cubierta, a diferentes niveles, deja pequeñas aperturas de iluminación intercaladas entre las bóvedas. Hay dos naves más, transversales a las anteriores: en la primera, con arcos, se ubica la sala de máquinas; la otra, con dos pilares centrales y bóvedas bastante complejas, sirve como sala de exposición de los productos de la bodega. Las aperturas son ventanas de arco de medio punto y cada una está dividida por dos pilares de ladrillo. Estas ventanas se repiten armónicamente a lo largo de las fachadas, enmarcadas con ladrillo visto.

En el exterior, el conjunto combina el zócalo de piedra vista con el tabicado enlucido y pintado de blanco. Las esquinas y el coronamiento de todo el edificio están enmarcados con ladrillo visto, que también se utilizó en los pilares que sostienen las torretas y en el ornamento de las torretas mismas.

En este edificio se prescindió por primera vez de la madera en la cubierta y se utilizó el sistema de bóvedas y arcos equilibrados. El éxito del sistema comportó que Martinell aplicara el mismo método en otras bodegas, como por ejemplo la de Pinell de Brai. La bodega de Gandesa está declarada Bien Cultural de Interés Nacional desde el año 2002.

Al otro lado de la calle, Cèsar Martinell construyó un edificio que se puede considerar como anexo de la bodega.