El complejo industrial de Fabra y Coats corresponde a una fábrica inicial de hilatura y torcidos de lino creada por Ferran Puig i Jaume Portabella a mediados del siglo XIX, conocida popularmente como Vapor del Fil o Vapor del Rec, porque estaba situada muy cerca de la acequia condal.

Por alianzas matrimoniales, en 1860 se incorpora a la empresa Camil Fabra, industrial, político y filántropo de las ciencias. La fábrica estaba especializada en hilatura y torcido de lino, cintas de hilo y algodón, y carretes de hilo para coser. En el año 1895 ya era la primera del Estado español en la elaboración de carretes de clases superiores para máquinas de coser y la primera que fabricó sedas artificiales, en una época en que daba trabajo a casi 2.500 trabajadores.

En el año 1903, la empresa Sucesores de Fabra y Portabella llegó a un acuerdo, firmado en Manchester, con la empresa escocesa Coats, que a finales del siglo XIX representaba una amenaza para el liderazgo de la empresa Sucesores de Fabra y Portabella. Se establecía, así, la nueva Compañía Anónima Hilaturas de Fabra y Coats con un acuerdo de larga duración, inicialmente pactado hasta el año 1953, que se alargó hasta finales de los años 1970, cuando la empresa cesó su actividad.

La llegada de los británicos comportó destacadas innovaciones sociales, como por ejemplo las vacaciones pagadas, y la estructura económica, social y cultural del barrio se ligó durante aquellos años a la empresa.

La Fabra y Coats se construyó entre los años 1910 y 1920 y tiene una estructura de fábrica de cuatro plantas de ladrillo visto, con pilares y jácenas de perfiles laminados ingleses y dos torres adosadas que contienen los núcleos de comunicación del edificio. Una de sus naves está actualmente ocupada por la Fàbrica de Creació i Centre d’Art Contemporani de Barcelona.

Este edificio, icono del patrimonio industrial barcelonés, forma parte de un complejo más amplio, integrado por varias naves construidas en épocas diversas.