Castellterçol, en el Moianès, fue, seguramente, la población catalana más importante en el negocio del hielo preindustrial, tanto en relación con el número de pozos como por el volumen de negocio y personas ocupadas en esta actividad. El clima y la proximidad de Barcelona jugaron un papel importante en el desarrollo de este sector en Castellterçol, del cual se conserva mucha documentación histórica, así como espléndidos elementos patrimoniales que lo atestiguan. Entre estos, destaca por su singularidad a nivel europeo el conjunto de las pozas de La Ginebreda.
Este conjunto está formado por cuatro pozas adosadas, de grandes dimensiones y espectaculares, que lo convierten en único en el área mediterránea. La primera de las cuatro pozas se habría construido a mediados del siglo XVII, y a principios del siglo XVIII ya se habrían construido las cuatro. La actual poza número 3 ha sido rehabilitada y se puede acceder a su interior. Destacan sus dos arcos interiores de apoyo a la bóveda y la caseta anexa desde donde se entraba y salía.
Recientemente se ha procedido a su restauración y musealización, dentro del proyecto Ecomuseu del Moianès, para facilitar su acceso y visita.