En el lugar conocido como salto del Erasme, donde había habido un antiguo molino que tomaba la fuerza motriz de un salto de agua, se edificó en 1928 la fábrica de cartón de los hermanos Bachs Giménez, que encargaron la obra al arquitecto Josep Domènec y Mansana (1885-1973). El edificio fue ampliado posteriormente por Josep Maria Jujol (1931) y Melcior Viñals (1933).
Todo el conjunto, formado por tres naves, almacenes adosados y secadores externos, guarda una gran unidad formal con las fachadas de ladrillo y las cubiertas de planchas planas de fibrocemento de las dos vertientes. El recinto es considerado una obra significativa de la arquitectura industrial catalana. Actualmente, el edificio acoge una entidad dedicada a la inserción laboral de personas en situación de vulnerabilidad social.