En 1898, Climent Asols i Bover creó la Compañía Fabril de Carbones Eléctricos de Castellgalí, que fue la primera empresa del país dedicada a la producción de electrodos de carbón destinados al alumbrado público eléctrico.
Iluminaron las farolas de las ciudades más importantes del mundo, como París, Berlín, Nueva York, Boston, Chicago o Sidney. La empresa se benefició de la neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial, y fue esencial en el alumbrado de la Exposición Universal de 1929. La Compañía Fabril de Carbones Eléctricos se dotó de maquinaria construida en Berlín y los hornos se construyeron con materiales refractarios procedentes de las minas de Schavandorf.
La fábrica se desmanteló en 1992. Actualmente pertenece a varios propietarios que han dedicado las naves a funciones diversas. Entre los elementos arquitectónicos, destacan las ocho chimeneas que corresponden a los diferentes hornos.